2008/02/06

Persona: una palabra vale mil imágenes

Maestro indiscutible del séptimo arte, cumbre artística con este film según dicen, Ingmar Bergman rodaba en 1966 "Persona", un film indescriptible con palabras, visualmente inquietante, una obra estremadamente dura y representativa para el celuloide o la mente humana.

La actriz Elisabeth Vogler (Liv Ullmann) se encuentra en un hospital después de perder la voz mientras estaba interpretando en el teatro “Electra”. A su cuidado se encuentra una enfermera llamada Alma (Bibi Andersson), con quien Elisabeth, a quien los doctores no encuentran causa alguna de su silencio, comienza una estrecha relación.

Sobreimpresionado me deja el libreto (por llamarlo de alguna forma) que Bergman escribe. Un IMPRESIONANTE relato basado tanto en la dualidad de las imagenes como el de las propias palabras. Lleno de sentimientos y emociones que afloran de manera impecable a lo largo de la trama, algo indescriptible hasta que se ve. Y es que a pesar de su complejidad, el espectador entiende lo que busca, lo que encuentra es simplemente todo, palabras vacías o llenas de contendido e imagenes realmente sobrecogedoras. Abstracta en todo su esplendor, unas divagancias dignas de un mundo etéreo o del mejor ilusionista de los sentidos. Bergman implora soledad en el alma humana, suciedad, frialdad y cariño que se convierte en odio. Recalca el mal uso de la conciencia, de la hipocondriacas que puede ser la verborrea, y de lo extremadamente complejo que suele ser "limpiar" el pasado. Personajes indefinidos, impersonales y llenos de absentismo racional, aunque pefectos en su análisis cinematográfico. El tremendo uso de los diálogos es extraordinario, Bergman deja al espectador que se deje llevar por la mentira de la palabras, o todo lo contrario, la suprema objetividad de ellas, evocando en el mejor de los casos imágenes en tu mente, creando un universo capaz de aterrorizarte, estremecerte y maravillarte, y también se permite el lujo de manejarnos cual marioneta felíz por su mundo, el mundo del cine, donde todo es realmente falso y borroso, donde la dualidad se confunde y el tremendismo se eleva, y como en el teatro, todo termina cuando derrepente el telón se cierra violentamente, mientras nosotros, niños asustados en sus camillas (como el que aparece en el film) acariciamos y nos aferramos en nuestros sueños. Genial guión, que cada uno lo interprete como quiera, eso es lo bueno...

El reparto del film, está centrado en las femeninas presencias de Liv Ullmann y Bibi Andersson, una pareja que hace despertar cosas, es impresionante como funcionan en pantalla mano a mano la dos, creo que es la película donde la figura femenina queda más hermosa, sensual, elegante, inteligente y tenebrosa que he visto en mi vida. Geniales las dos protagonistas, que llegan a ser un solo personaje, compenetrando las escenas y llegando a un estado psicótico que despistará al espectador, pero que especialmente eso, es lo que las hace ser unas grandes interpretaciones, dignas de apluso, por mucho que Liv Ullmann no hable durante todo el metraje, ya que como ya he dicho antes, las palabras aquí es un detalle más de miles que hay en el film, por lo tanto el mérito es el doble. Grandes interpretaciones, aunque hay secundarios (un par de ellos) no tienen relevancia como para ser nombrados, me centro en ellas, indudables musas de la función.

Increíble la dirección de Bergman. Tremenda, es de quitarse el sombrero. Su técnica está estudiada al milímietro, aunque su montaje de planos sean inconexos narrativamente hablando (también en cierto sentido, no siempre lo son), su belleza visual no tiene límites. El uso claustrofóbico de lo que se ve en el marco es tremendo, los planos cortos no faltarán, eso si, el uso es intencionado para crear la atmosfera, que al igual que la soberbia fotografía en blanco y negro, van con el alma de los personajes y su abstracto mundo. Bergman también nos da algunos toques más dinámicos con planos fijos donde la acción dura algunos minutos y donde la panorámica es amplia, o bien, nos deleita moviendo la cámara en una secuencia donde el seguimiento lateral de la misma sigue a los personajes en la playa, asombra por su contundencia y rotundidad a la hora de rodar el film. La música de Lars Johan Werle es inquietante y va estupéndamente con el film. Escenas destacables: Los primeros minutos paranoídes. La historia sexual del pasado que Ullmann le hace al personaje de Andersson, es tremenda, ya que da tantos detalles explícitos con las palabras que te imaginas perfectamente como fue, maestría literaria en el cine, toma ya. El plano final con los contraluces (precioso), donde las protagonistas discuten por última vez. La secuencia de los cristales rotos del vaso. La secuencia de la lectura de la carta que da el giro determinante del film. Lo peor: Que se tome la molestia de pelearse con el espectador de manera tan brusca, ya que Bergman rueda cine en el sentido más abstracto posible de la palabra. Que no esté al alcance de todo el mundo, es un film complejo y completamente atípico, reservado para los cinéfilos tan solo.

En general, no tenemos que sentirnos defraudados o entristecidos por lo que Bergman cuenta, más bien tomarlo como una lección, ya sea sobre la vida, sobre las historias o sobre el cine. Sin más, una película impactante, bella y violenta (en el sentido más metafórico posible) una obra maestra indiscutible que puede caer bien o tremendamente mal, pero para saberlo, no sirven las críticas, hay que verla. Un 9,5.

NOTA:9,5/10
RECOMENDACIÓN: Cinéfilos.

DURACIÓN: 85 min
AÑO: 1966
Ficha en IMDB



4 comentarios:

DASKABE dijo...

Que bien. Has empezado con Bergman. Yo también tengo algunas suyas por ver ahí, esta es una. Pronto caerá.

Saludos brother.

Charlie dijo...

Yo de Bergman solo vi "Fresas salvajes". A ver si me veo más.

Pamela Santelices L. dijo...

Encontré tu blog. También realicé en el mío un comentario a esta maravillosa obra de arte.

Creo que el film, entre otras cosas, habla del dualismo que vivimos los seres humanos al contar con un cuerpo y un alma. "Me cuesta ser la misma persona a solas que con los demás"... esa es una frase decidora.
saludos

Luigi R.p. dijo...

Pues si, es una película que de alguna u otra manera no deja indiferente, deja huella. Aparte de la dualidad, también creo que habla de las máscaras que usamos para justificarnos, la ausencia de la palabra expone el problema y la solución.

En fin, gracias a los tres por escribir!