2008/11/11

TelebaSura

Es escatología pura, ante nada el que lo escribe se disculpa, pero retratados quedarán pues usted y yo. Una fábrica de humo negro es una artimaña tan esculpida y perfeccionada que parece que no contamina. La gente cada semana viaja al pequeño pueblo a ver el catálogo, por sus ojos entra lo obsceno, intrascendente y en apariencia de buen sabor, sin notar claro está su grave error.

Es un escaparate bien construido, porque no decirlo, aunque los "maniquis" parecen reales y no están por propia voluntad. Bien, tome su paquete, señora, está bien fresco, ¡Pero ábralo de una vez!. Es lo que pidió, consumo rápido, eficaz, y elaborado a una velocidad pasmosa. Se lo come, lo saborea, ríe, pero a la media hora lo olvida. Volveré a la escatología, porque ese producto como tan veloz fue creado, más veloz fue desechado por la señora, cañería abajo esperaba un señor bajito y calvo, minero de imagen, minero de sonido. ¡Es fabricable, si lo hemos hecho una vez, podremos una segunda igual! ,dice. Vuelve cañerías arriba, y el catálogo lo vuelve a demandar. El proceso encadena a los "maniquís", encadena a la cultura, encadena la moral, encadena la vida, nos acerca al puro descalabro mental, a la exterminación de la magia como truco sin pretensión. No piensen en como os traje esta información, porque tiene fácil respuesta, yo soy el producto, soy el catálogo, soy el minero, y lo más importante, soy el maniquí.

1 comentario:

DASKABE dijo...

Muy bueno. Te superas en tus reflexiones metafóricas. Puedo suponer en estos días porque...