2009/07/04

"Six Feet Under" Temporada 2: La Incomunicación

Pues si amigos, después de quedar prácticamente maravillado ante la primera temporada de esta serie (quizás una de las mejores series de la historia) la temporada 2 de "Six Feet Under" ("A dos metros bajo tierra") saca a relucir la artillería pesada que tiene todo su planteamiento. Pues todo parece funcionar mejor, los personajes evolucionan (y de que manera) las tramas son excelentes (destaco el capítulo en el que Claire y Nathe van de viaje en una furgoneta, donde se presentan nuevos personajes y conflictos de una manera genial, original y destacable). Argumentos que siguen analizando al detalle la vida humana en todos los sentidos, y es que para mi, el tema principal de esta segunda temporada es, sin duda, la incomunicación, la soledad, el declive moral existencialista de TODOS los personajes, y porsupuesto la muerte y vida que penden de un hilo. El punto de giro que acontece a la verdadera estrella argumental de esta temporada, Nathe, deja muy claro como funciona todo a raíz de ese debate eterno entre la vida y la muerte (Por cierto, excelente la escena en la que Nathe ve a Dios y el Diablo jugando a los "médicos" mientras juegan al poker). La lírica está servida en muchos sentidos, y el final de la temporada es pura poesía desgarradora en imágenes. Allan Ball, creador y guionista a conseguido elevar a la máxima potencia su material, explorado con sutileza en la primera temporada, pero que aquí deja el listón muy arriba, explotando en calidad y adrenalina (la discusión de Nathe y Brenda en los episodios finales es para enmarcarla, tremenda) para el espectador que sepa apreciar las cosas bien hechas, los guiones elaboradísimos, y que sepa sin duda entrar en el universo que expone esta gran serie.

No sería muy justo decir que esta segunda temporada es la que considero mejor, cuando todavía me quedan 3 temporadas para acabar de cerrar la serie, pero sin duda, es insuperable en muchos aspectos. En el reparto, siguen estando geniales todo el elenco de la primera temporada, Peter Krause, denota sutilmente un curioso protagonismo donde su personaje juega un papel relevante en casi todas las tramas de la serie, genial. Michael C. Hall sigue explorando su papel quizás de manera más calmada y reflexiva, sus temas amorosos (la homosexualidad sigue siento un punto de partida muy interesante, aunque se ha dejado un poco de lado el tema religioso en esta temporada) con Keith son muy interesantes (el personaje de Mathew St. Patrick da mucho juego aun siendo un secundario). Ruth, la madre, que genialidad interpretada por Frances Conroy, que esta vez tiene varios debates introspectivos para quitarse el sombrero, y a eso le sumamos la incorporación de un nuevo personaje en su vida , Nikolai (Ed O'Ross) la sesión está servida. Y si una cosa destaco son los papeles femeninos, mis preferidos, Brenda, ahora con un serio declive psicológico y sexual que lleva al espectador a criticar, juzgar y perdonar al personaje de manera indescriptible, es fabuloso, genial de nuevo la actríz Rachel Griffiths. Claire, personaje adolescente que quizás sostenga la mejor evolución en esta dos temporadas, un personaje extraordinario muy bien escrito, que esta temporada ha jugado en varios bandos, que al final ha salido victoriosa siempre con esa rebeldía innata que iguala sus aires de chica naïf , mezclando a su vez su inconformismo y creatividad que la caracteriza, muy bien Lauren Ambrose. Podría estar horas y horas hablando de la calidad del reparto y de la magnificencia de sus argumentos, pero creo que solo me queda recomendar la serie encarecidamente (a mi en cierto sentido me ha cambiado la manera de ver la vida, con lo cual es totalmente imprescindible para aquellos que buscan respuestas, preguntas o simplemente se debaten en temas existenciales, para todas las personas que se sienten perdidos alguna vez, la serie es una terapia casi drogadictiva, en el buen sentido claro). Ahora dentro de poquito empezaré la tercera temporada, la que dicen que es la más floja de todas, veremos, yo estoy totalmente entregado a esta maravilla televisiva.