"Pelham uno, dos, tres": Una enfermedad llamada Codicia

Con un remake ahora en cartelera de similar título, Joseph Sargent dirigió en 1974 este simpático Thriller de acción, "Pelham uno, dos, tres" protagonizado por los míticos Walter Matthau y Robert Shaw. En algún lugar, bajo tierra, en el Metro de Nueva York, en los alrededores de la estación de Pelham, un delincuente armado ha secuestrado un tren, amenazando con matar un rehén cada minuto si su peticiones no son cumplidas. Pide un millón de dólares. Obligado a entretener al desconocido criminal hasta que su exigencia se cumpla o se realice una operación de rescate, el Jefe Garber debe improvisar, engatusar y manejar con perspicacia a uno de los más crueles y astutos criminales, en una batalla de ingenio que acabará heroicamente o en tragedia. Guión escrito por Peter Stone que a su vez se basa en la novela de John Godey. Decir que la narración parte de una premisa interesante, el pre-secuestro está bastante bien resuelto, teniendo al espectador enganchado y preparado para ver como se va a llevar a cabo la maquiavélica hazaña en el metro de New York. A partir de ahi, se presentan a los peces gordos, en este caso el comisario de transportes, un Walter Matthau entrando por la puerta grande (dormido y esperando a unos Japoneses que están de visita a la central, tremendo, jaja), quizás el que mejor esté dentro del film (no esperaba menos de este actorazo) junto con el secuestrador, interpretado perfectamente por Robert Shaw, dando estos lo mejor de sí mismos dentro del guión, quizás con las mejores frases.

Y digo lo de quizás, porque creo que el libreto adolece de algo que quizás se podría haber cuidado bastante más: los diálogos. Toda la acción y el suspense que genera Joseph Sargent (con más menor fortuna que mayor, pero conseguido al fin y al cabo) se echa bastante a perder por los caricaturescos secundarios y sus coletillas (los pasajeros y rehenes del vagón son realmente estúpidos, el público no puede indenficarse con sus absurdeces, es por ello que una de las escenas finales en la que el tren parece que se va a estrellar, carece del interés del espectador, siendo más interesante todo lo que rodea a Matthau y Shaw en su redondo y mítico "duelo" final).

Aunque quizás toda esa caricatura dialogada, provenga de un guión pensado para que el público de los 70 entendiese mejor los mensajes del film (aunque dudo que teniendo otros clásicos de los 70 por aquellos días, la audiencia fuera tan poco atenta...), pasajes en los que el mensaje principal (por mi exagerado que esté dentro de la película, repito) parecen ser la codicia que corrompe a las personas, pues ya sea para los propios secuestradores,como para los peces gordos y autoridades, la incompetencia está servida en ambos bandos (una parte muy buena, es esa en el que el Alcalde de Nueva York debate si dar o no el dinero). La supremacía del poder y el dinero no conducen por el túnel correcto, y es por ello que todo el "error" matemático de la autoridad metropolitana de New York, es corregida por el genial personaje de Walter Matthau, siendo un punto bastante interesante, pues aunque el film sea coral, solo un hombre es capaz de instalar el orden y la cordura trabajando desde el subsuelo Norteamericano (toda una crítica mordaz a la política de Estados Unidos de los 70, incluyendo la pullita hacia el Vietnam, curioso). He ahi pues el nudo, con interesantes escenas de acción (la persecución con el dinero es sencillamente genial) y puntos narrados casi en tiempo real, eso si, se pierde como he dicho un poco la credibilidad del suspense dado al diálogo (tengo curiosidad por ver si esto se ha subsanado en el remake de este año). LLegando a un climax un tanto extraño, pero genial, en el apartamento del "prófugo", que curiosamente es descubierto por la enfermedad de la codicia (muy gracioso y carismático punto final, un resfriado reminiscente durante el film pone, careto de Mattau incluido, el final de este simpaticón Thriller). Del guión, quizás lo que más me gustó fue esos primeros 20 minutos, la persecución y la entrega del dinero, incluyendo la parte final (14 minutos finales), eso si, el film no aburre en ningún momento en todo su metraje, que es poco (no llega a la hora y media larga).

En cuanto a la dirección de Joseph Sargent, decir que es un director más habitual de productos televisivos y secundarios, se nota, pero aun asi, hace una labor estupenda, rodando con pulso, con planos muy elegantes y siendo muy claro en todo momento (otra cosa que pienso sobre el remake de Tony Scott, donde supongo que los planos serán muchos, a ráfagas en plan videoclip, nada que ver con esto, quizás le de más suspense del que carece en ocasiones esta, quién sabe amigos...), en general muy correcto Sargent al mando, no se le puede reprochar nada. La música original corre a cargo de David Shire, apareciendo únicamente en los créditos iniciales, en momentos de tensión (un par de ellos contados) y al final, con unos temas bastante buenos que van perfectamente con el tono setentero del film, jeje. En definitiva, "Perham uno, dos, tres" es un film tremendamente divertido y entretenido, con sus mas y sus menos, pero que contiene dos grandes actores en su reparto, ya por ellos merece la pena echarle un vistazo, la verdad. Simpaticón, setenteto, olvidemos un poco sus tonterias y se disfruta, al menos nos aparta los problemas durante su horita y media, que ya es mucho. Por otro lado, en remake me interesa un poquito ahora, quizás por ver como han resuelto (o no) los problemillas, por ver como lo ha hecho Tony Scott, y quizás lo único que me repele de la nueva versión sea ese actor sobrevalorado llamado Denzel Washington haciendo el papel que hace Walter Matthau, supongo que no le llegará a la suela, siento ofender a los fans del señor Denzel, pero esto es lo que pienso. De momento, me quedo meditando el original, tendrá más encanto, eso casi seguro. Un 7.

NOTA: 7/10
RECOMENDACIÓN: Ver sin prejuicios.
AÑO: 1974
DURACIÓN: 104 min
Ficha en IMDB
Trailer en Youtube