2011/02/02

Naturaleza Muerta

Las hormigas patalean. Tu traje impoluto, con una rosa roja en la pechera, él sabe que está muerto, que no puede moverse, pestañear ni respirar. Bajo un árbol donde ahí yace el hombre, las hormigas empiezan su trabajo. Las oye colarse entre su nariz, sus ojos, recorrer sus huesos y taladrar el eco de su corazón. Hace un bonito día para morir.

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